
Pero si de efectividad se trata, con esta modalidad se han obtenido los portes más grandes.
En el trolling, el pescador arroja el señuelo al agua, que puede ser fijo o articulado y, mientras la embarcación navega a marcha lenta, lo deja tomar suficiente distancia para que éste se aleje. Cuando el señuelo se encuentra a unos cincuenta metros, el pescador procede a trabar su reel frontal o rotativo para que la tracción del avance de la embarcación haga "trabajar" correctamente al señuelo, con los movimientos ondulantes y giratorios para los cuales fue diseñado.
Esta modalidad de pesca se practica con los salmónidos, en los grandes lagos de nuestra Patagonia, y en los ríos del litoral, sobre todo en el río Paraná, en busca de los grandes dorados y surubíes.
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