domingo, 27 de septiembre de 2009

La Salada de Oriente, una laguna que rinde muy bien


Piques sostenidos en distintos sitios del espejo de agua. Salen pejerreyes de entre 35 y 45 centímetros de longitudTodos los años visitamos la laguna Salada de Oriente, como siempre invitados por Marcelo y Claudia encargados del lugar. En esta oportunidad me acompañaron Mario Marote, Jorge Scenna y Juan Carlos Cremaschi.Para llegar a este lugar salimos desde La Plata por avenida 44, luego ruta 215 hasta Monte, donde empalmamos la ruta 3, hasta el km 493, donde a los 200 metros a la izquierda fuimos en busca de las mojarras Van-A-Mar de nuestro amigo Daniel Bailon. Luego continuamos hasta el Km. 530½, giramos a la izquierda por asfalto 15 km; luego a la derecha hasta el pueblo de Oriente, tomamos el camino que va a las playas de mar y sol, una vez que termina el asfalto, 200 metros más, donde está la planta de gas, doblamos hacia la derecha hasta que se termine el camino; luego retomamos hacia la izquierda y el primer camino a la derecha, en sul final, está el ingreso a la Estancia La Turca.

Es un lugar realmente espectacular con todas las comodidades para el pescador deportivo y también para la familia, excelentes cabañas y un salón comedor donde Claudia prepara muy buenas comidas caseras. Una vez en el lugar las charlas referente a la pesca fueron muy alentadoras, fue así que nos dirigimos hasta la laguna distante 6 Km. de la estancia.

Los botes son muy cómodos, de aluminio, y para pescar 4 personas, con un motor de 5 hp, suficiente teniendo en cuenta que esta laguna tiene 230 has. y una profundidad máxima de 3 metros.

Nos embarcamos a las 9; los vientos eran del noreste a 20 km p/h, nos dirigimos a la costa opuesta para resguardarnos del viento; utilizamos cañas de 4 metros, reeles frontales con multifilamento de 0.14, y anzuelos 1/0.

Anclamos a unos 150 metros de la costa y todos utilizamos líneas de tres boyas.

PIQUES

Luego de unos minutos empezaron las respuestas; Mario fue el primer afortunado. Los piques se daban a una profundidad de entre 20 y 60 centímetros. Las piezas rondaban los 35 y 45 cms. de promedio.

Cerca del mediodía el pique se cortó y por lo tanto decidimos movernos a unos 2.000 metros justo enfrentados con el embarcadero y a escasos 50 metros de la costa; el viento reinante hacía garetear la embarcación muy lentamente y eso hacía trabajar las boyas muy libres y las respuesta no se hicieron esperar.

Los piques fueron continuos a tal punto que las tres veces que realizamos la misma maniobra, en todas las pasadas tuvimos respuesta.

Ya cayendo la tarde nos trasladamos por último a la costa de los pinos y también tuvimos respuestas terminando una jornada excelente de pesca.

Los colores de boyas que mejor rindieron fueron rojo, blanco con naranja, y la típica española; la mojarra anduvo muy bien, pero la sorpresa la dio el tosquero con excelente resultado

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